viernes, 11 de mayo de 2012

¡Por fin!

      ¡SI!, por fin tenemos un techo (y ventana) donde "cobijarnos y guarecernos de la despiadada climatología mediterránea", con su bien querido y radiante sol y ese viento tan especial del poniente que sopla, a veces despiadadamente, de vez en cuando.


      Para aquellos que les pille esto de nuevo y no sepan de que va, o no lo recuerden, les remito a una entrada anterior donde expliqué lo que pasó (pulsa aquí) hace ya cosa de un mes. Al final, las cosas van volviendo a su camino (el río siempre tiende a ir por su cauce natural) y podemos decir, después de un ventilado paréntesis, que comenzamos con ganas una nueva etapa llena de incógnitas, retos y adversidades, pero eso es lo bueno que tiene la vida, ¿no?

      Os iba a poner un vídeo cortito de una parte del montaje que se asemeja al fluir de un río, metáfora que me venía muy bien, pero debido a unos problemas técnicos (incompatibilidades) no pudo ser, ya lo colgaré cuando lo solucione.
     
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